Una de las otras prioridades de la declaración es continuar luchando en pro de la igualdad de género. El texto subraya la importancia de llevar a cabo políticas y planes para su efectiva realización, incluyendo la formación de los docentes y la inclusión de dicha materia en los planes de estudios.
Un punto que OIDEL celebra de este nuevo documento es el compromiso de la comunidad internacional con la educación de calidad. Este punto es realmente importante al ser la calidad de educación parte esencial del derecho a la educación, tal y como ya recordó el relator especial Kishore Singh en su informe reciente “Evaluación del logro educativo de los estudiantes y de la aplicación del derecho a la educación” (A/HRC/26/27). Igualmente, siguiendo la línea de las recomendaciones del relator especial el documento establece el compromiso de fortalecer los insumos, los procesos y la evaluación de resultados y los mecanismos para medir los progresos. Recordar que las evaluaciones juegan un papel importantísimo para la realización de la calidad de educación, puesto que si ignoramos lo que saben y no saben nuestros alumnos difícilmente podremos mejorar la situación.
El documento reivindica igualmente el papel del profesor para la realización de la calidad de educación. Marcando la obligación de los estados de velar por su debida formación, por una digna contratación y para que dispongan de los materiales suficientes.
Concluye el texto sobre la calidad haciendo una interpretación amplia y acorde a los instrumentos internacionales sobre su contenido. Con esto me refiero que no limita la educación de calidad a las competencias básicas de escritura, lectura y cálculo, sino que incluye asimismo aptitudes analíticas y de solución de problemas, así como educación en valores incluyendo la educación a la ciudadanía mundial.
El texto hace igualmente mención a las oportunidades de aprendizaje de calidad a lo largo de toda la vida. En este campo podemos señalar tres objetivos: 1° Mayor acceso en condiciones de igualdad a la enseñanza y formación técnica y profesional, y a la educación superior, sin menoscabar la calidad. 2°El ofrecimiento de vías de aprendizaje más flexible, facilitando asimismo el reconocimiento y validación de los conocimientos adquiridos tanto vía educación formal, como no formal. 3° El compromiso de todos los países a que todos sus ciudadanos adquieran los niveles de excelencia en alfabetización, tanto técnica como aritmética.
Finalmente, el texto hace mención a la población mundial no escolarizada en zonas afectadas por conflicto. Se señala el compromiso de toda la comunidad internacional con tal de ofrecer respuestas y que tengan mayor capacidad para satisfacer las necesidades de los niños, jóvenes y adultos en estos contextos. A nuestro parecer nos parece muy importante en este sentido la evocación en el texto de la importancia y el papel fundamental de la coordinación nacional, regional e internacional para mitigar los efectos de dichos conflictos, especialmente a nivel educativo.
Ignasi Grau