Declaración de Incheon: Esencia y desafíos (2/2)

Una de las otras prioridades de la declaración es continuar luchando en pro de la igualdad de género. El texto subraya la importancia de llevar a cabo políticas y planes para su efectiva realización, incluyendo la formación de los docentes y la inclusión de dicha materia en los planes de estudios.

Un punto que OIDEL celebra de este nuevo documento es el compromiso de la comunidad internacional con la educación de calidad. Este punto es realmente importante al ser la calidad de educación parte esencial del derecho a la educación, tal y como ya recordó el relator especial Kishore Singh en su informe reciente “Evaluación del logro educativo de los estudiantes y de la aplicación del derecho a la educación” (A/HRC/26/27). Igualmente, siguiendo la línea de las recomendaciones del relator especial el documento establece el compromiso de fortalecer los insumos, los procesos y la evaluación de resultados y los mecanismos para medir los progresos. Recordar que las evaluaciones juegan un papel importantísimo para la realización de la calidad de educación, puesto que si ignoramos lo que saben y no saben nuestros alumnos difícilmente podremos mejorar la situación.

El documento reivindica igualmente el papel del profesor para la realización de la calidad de educación. Marcando la obligación de los estados de velar por su debida formación, por una digna contratación y para que dispongan de los materiales suficientes.

Concluye el texto sobre la calidad haciendo una interpretación amplia y acorde a los instrumentos internacionales sobre su contenido. Con esto me refiero que no limita la educación de calidad a las competencias básicas de escritura, lectura y cálculo, sino que incluye asimismo aptitudes analíticas y de solución de problemas, así como educación en valores incluyendo la educación a la ciudadanía mundial.right to education

El texto hace igualmente mención a las oportunidades de aprendizaje de calidad a lo largo de toda la vida. En este campo podemos señalar tres objetivos: 1° Mayor acceso en condiciones de igualdad a la enseñanza y formación técnica y profesional, y a la educación superior, sin menoscabar la calidad. 2°El ofrecimiento de vías de aprendizaje más flexible, facilitando asimismo el reconocimiento y validación de los conocimientos adquiridos tanto vía educación formal, como no formal. 3° El compromiso de todos los países a que todos sus ciudadanos adquieran los niveles de excelencia en alfabetización, tanto técnica como aritmética.

Finalmente, el texto hace mención a la población mundial no escolarizada en zonas afectadas por conflicto. Se señala el compromiso de toda la comunidad internacional con tal de ofrecer respuestas y que tengan mayor capacidad para satisfacer las necesidades de los niños, jóvenes y adultos en estos contextos. A nuestro parecer nos parece muy importante en este sentido la evocación en el texto de la importancia y el papel fundamental de la coordinación nacional, regional e internacional  para mitigar los efectos de dichos conflictos, especialmente a nivel educativo.

Ignasi Grau

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Declaración de Incheon: Esencia y desafíos (1/2)

Ya, a pesar de ser agosto, la Declaración de Incheon empieza a ser un documento recurrente en las discusiones sobre el derecho a la educación. El otro día explicamos el impacto de Incheon sobre la libertad de educación, pero ¿Cómo concibe el derecho a la educación? Y sobre todo ¿Qué desafíos principales establece?

Antes de empezar a discernir lo esencial de la Declaración de Incheon es pertinente recordar su enclavamiento en medio del conglomerado de declaraciones, resoluciones y tratados. Rápido y resumido.  Primero, la Declaración de Incheon sigue la herencia ya marcada por las anteriores declaraciones de Jomtien y Dakar. Segundo,  la Declaración busca complementar y ampliar el contenido de los documentos Educación para Todos de 2014, concretamente  su objetivo 4 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible Post-2015 (“Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”).

0129_unesco-reportLa declaración se reafirma en primer lugar en que la concepción de la educación como un bien público, un derecho humano fundamental y la base para garantizar la realización de otros derechos. OIDEL no podría estar más de acuerdo con esta afirmación. El documento no obvia la importancia de la educación como herramienta para el desarrollo. No obstante, es muy importante des de la perspectiva de un enfoque de derechos y pura dignidad del ser humano que la educación no sea vista como un instrumento, si no como un derecho.

Sobre el acceso a la educación se concreta  como objetivo garantizar la educación primaria y secundaria de calidad, equitativa, gratuita y financiada con fondos públicos durante 12 años, de los cuales al menos nueve serán obligatorios. El elemento nuevo que aporta este documento es alentar a los estados que igualmente impartan un año de educación preescolar de calidad, gratuito y obligatorio. Este punto nos parece muy relevante igualmente, puesto que sin perder la concepción de la educación como un bien público, no limita las obligaciones del estado a los colegios gubernamentales.

La declaración recuerda el papel de la educación como piedra angular para la inclusión y la equidad. La educación tiene una función de empoderamiento. El derecho a la educación es un derecho de todos, independientemente del nivel socioeconómico, el género, raza etc. La Declaración compromete a las partes interesadas –inclusive estados- a luchar contra la exclusión, marginación, disparidades, desigualdades en el acceso, la participación y los resultados en el aprendizaje. OIDEL celebra este punto al incluir el compromiso a hacer los cambios legislativos necesarios en las políticas necesarias, albergando la esperanza que este punto tenga más incidencia más allá de las simples palabras.

Ignasi Grau