La sociedad abierta y sus enemigos y el artículo 26

En 1945 Karl Popper público su obra maestra La sociedad abierta y sus enemigos. Abrumado por los años que le tocó vivir Popper escribió este libro con un doble objetivo: identificar las semillas filosóficas que permitieron vestir el edificio intelectual de los totalitarismos del siglo XX y  de paso aclarar el concepto de “sociedad abierta”[1].

En esta entrada de blog tan sencilla no pretendo hacer un exhaustivo análisis sobre el libro, ni de la sociedad abierta. En el contexto actual de cuestionamiento de derechos y de instituciones democráticas he pensado que sería interesante observar como las ideas de la educación en la sociedad abierta casan con el derecho a la educación (art.26 DUDH). Popper sólo pasa de puntitas sobre el tema de la educación en este libro. No obstante, las intuiciones y reflexiones que en este observamos sintetizan de forma magistral la complejidad propia de la gobernanza educativa y la importancia de la libertad educativa.popper

Debemos comentar primeramente la avanzada concepción de la educación de Popper por la época. Popper entiende que la educación debe permitir a los ciudadanos “participar en la vida de la comunidad y aprovechar todas las oportunidades para desarrollar sus intereses y dones específicos”. [2] Esta idea es muy similar a la de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (art. 26.2), adoptada tres años más tarde. Podría decirse que la DUDH relativo a la educación define igualmente dos objetivos más allá de la simple instrucción: el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento de derechos humanos, libertades y paz. Diferentes formulaciones, mismas ideas.

Popper exige al estado garantizar la educación y de calidad en todas sus ciclos inclusive los estudios superiores: “soy de la opinión, ciertamente, de que es responsabilidad privativa del estado cuidar que todos sus ciudadanos reciban una educación que les permita participar en la vida de la comunidad y aprovechar todas las oportunidades para desarrollar sus intereses y dones específicos; y también debe cuidar el estado, por cierto, que la falta de “capacidad del individuo para pagar” no le prive de realizar estudios superiores.” [3] De nuevo este artículo nos sorprende por los paralelismos que tiene con la DUDH “Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental. La instrucción elemental será obligatoria. La instrucción técnica y profesional habrá de ser generalizada; el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de los méritos respectivos.” (art.26.1)

No obstante, Popper advierte que en una sociedad abierta el estado no puede ser el responsable único de la educación. De hecho, dentro la marginalidad que la educación ocupa en este libro es sobre todo la gobernanza educativa el tema que Popper aborda con más profundidad. Popper, como la DUDH intuye, advierte que para la plena realización de este derecho es necesaria cierta gobernanza compartida. Este límite a una intervención exclusivamente estatal está consagrada en la DUDH con la siguiente fórmula  “Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos.” (art. 26.3).

Entre la concepción mercantilista de la educación del “laissez faire” de Ayn Rand y una concepción estatalista Popper señala la necesidad de vías alternativas. Advirtiendo que este equilibrio no es fácil y que normalmente en este campo las decisiones “secas y tajantes” son un disparate. Karl Popper advierte que la complejidad de la educación requiere de un estado proteccionista[4]. Con esto se refiere que “no hay libertad si no está garantizada por el estado. En la educación (…) es necesario cierto grado de control por parte del estado, si quiere resguardarse a la juventud de una ignorancia que la tornaría incapaz de defender su libertad, y es deber del estado hacer que todo el mundo goce de iguales facilidades educacionales. Pero un control excesivo en la cuestiones educacionales constituye un peligro mortal para la libertad, puesto que puede conducir al adoctrinamiento.” [5]

Estas mismas conclusiones fueron expuestas por la Misión Holandesa cuando exigió la mención a la participación de los padres en la educación en la DUDH[6]. Ciertamente el derecho a la educación requiere libertad y gobernanza participativa, del mismo modo que la libertad requiere educación. Este necesario vínculo entre la libertad y la realización del contenido del derecho a la educación ha levantado muchas ampollas en el momento de implementarlo. Nadie dijo que fuera fácil. El debate se precia largo, sin embargo en este contexto de posiciones enquistadas cabe recordar aquella frase tan citada del presidente Kennedy “La libertad sin educación es un peligro, pero la educación sin libertad resulta vana…[7]. Ánimo.

Ignasi Grau

[1] Karl Popper entendía Sociedad abierta aquellas sociedad que disponen de canales para facilitar la posibilidad de cambiar de gobierno por vías pacíficas y sin menoscabo a las decisiones personales de los individuos.

[2] POPPER KARL (1945), La sociedad abierta y sus enemigos,  Editorial Paidós Básica (3ª edición), pág. 132.

[3] POPPER Karl. Op. cit. p 132

[4] Para Karl Popper consciente del malentendido que puede llevar la palabra proteccionista ya advierte que no se confunda este concepto con aquellos mercantilistas o aquellos contrarios a la libertad.

[5] POPPER Karl. Op. cit. 116

[6] GLENDON, Mary Ann, 2001  A World made new. Eleanor Roosevelt and the Universal Declaration of Human Rights Random House (p.159 y 190)

[7] Kennedy J.F. (Ed) (1963) Remarks in Nashville at the 90th Anniversary Convocation of Vanderbilt University, May 18, (Nashville). Consultable en: http://www.jfklibrary.org/Research/Research-Aids/JFK-Speeches/Vanderbilt-University_19630518.aspx